La supervivencia tras una parada cardiorrespiratoria (PCR)
extrahospitalaria depende del tipo de asistencia inicial, y puede llegar a un
16-32% en los casos presenciados y asistidos de inmediato, pero se reduce
enormemente si no es así. El trastorno del
ritmo cardiaco que origina la PCR determina la supervivencia, que es de
hasta un 34% en caso de fibrilación ventricular (FV), pero no más del 6% en
caso de asistolia de disociación electromecánica (DEM). La importancia de
disminuir el daño cerebral por anoxia ha
llevado a acuñar el término «resucitación
cardiocerebral», pues sólo un 1,4% de los supervivientes de una PCR
extrahospitalaria queda totalmente libre de alteraciones neurológicas y hasta
un 64% puede presentar secuelas graves.
Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la terapia
con hipotermia moderada (HM) (mild hypothermia) para mejorar el pronóstico
vital y neurológico de estos pacientes.
La hipotermia terapeútica está indicada en parada
cardiorespiratoria con reanimación iniciada en los primeros 15 minutos, extrahospitalaria
o intrahospitalaria con recuperación espontánea del pulso en los primeros 60
minutos de RCPA y con puntuaciones en la escala de Glasgow menores o igual a 8.
Se excluye de realizar esta técnica a pacientes no
reanimables, menores de 18 años, mujeres embarazadas, lesiones de un gran
vaso, hipotermia previa del
paciente, muerte encefálica.
TÉCNICA:
El inicio del enfriamiento debe llevarse a cabo lo más
precozmente posible, una vez realizadas las pruebas complementarias que el
médico considere indicadas. Se procede a sedación y miorrelajación del
paciente, ya que esta técnica no sería viable debido al gran impacto que tiene
sobre éste si estuviera consciente.
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Administración de sueros fríos.
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Manta isotérmica a 33 °C.
Se debe mantener la hipotermia las 24 horas siguientes a la
recuperación de la parada.
Durante la hipotermia inducida:
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Control estricto de la temperatura central:
termómetro vesical, esofágico o catéter PICCO.
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Monitorización continua del paciente (incluyendo
estado neurológico del paciente).
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La hipotermia se puede suspender si aparece
deterioro clínico importante y ésta se constituye en potencial obstáculo para
el manejo del paciente.
Recalentamiento:
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Se realiza de forma pasiva.
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Se suspende la miorrelajación y sedación según
el paciente vaya alcanzando una temperatura óptima (35° C).
Castrejón S, Cortés M, Salto ML, Rubio R, Juárez M, López de
Sá E. et al. Mejora del pronóstico tras parada cardiorrespiratoria de causa
cardiaca mediante el empleo de hipotermia moderada: comparación con un grupo
control. Medicina online [Internet]. Servicio de Cardiología. Hospital General
Universitario Gregorio Marañón. Madrid. 2009 [4 de Abril de 2013]. Disponible
en: http://d.yimg.com/kq/groups/21917059/1872834486/name/Mejora+del+pron%C3%B3stico+tras+parada+cardiorrespiratoria.pdf
Nada que objetar, ya ves que es en principio un tratamiento sencillo, que genera una carga de trabajo importante para el personal de enfermería pero que según las publicaciones presenta resultados muy interesantes.
ResponderEliminarUn saludo.