viernes, 5 de abril de 2013

ASPECTOS PSICOSOCIALES DE LOS PACIENTES CRÍTICOS


Hay estudios que hablan de los pacientes en las unidades de cuidados intensivos y de cómo se sienten.
Los pacientes refieren desamparo y temor. Algunos pacientes tienen miedo a morir, al dolor y a la incertidumbre de la situación. O tienen miedo de moverse en la cama debido a los tubos, aparatos, heridas… Con frecuencia se sienten frustrados por su incapacidad para comunicarse cuando están intubados. Los pacientes con enfermedades críticas a menudo son dejados desnudos o parcialmente expuestos. Están impotentes y privados de su identidad.
Los profesionales que cuidan de los pacientes críticos pueden anticiparse a los sentimientos del paciente y apoyar la independencia del mismo. La educación acerca de la naturaleza del instrumental puede disminuir los miedos a dañarse a él mismo.
No debe sacrificarse la intimidad y la falta de ella, no debe justificarse por la intensidad de la situación del paciente.
El profesional que cuida de ellos debe recordar la complejidad que rodea a la enfermedad crítica. Las necesidades fisiológicas tienen prioridad pero es muy importante considerar los factores psicológicos del paciente.

La enfermedad crítica produce una pérdida de la autoimagen familiar y tiene un gran impacto sobre la autoestima. Son pacientes que quizás necesiten adaptarse a la pérdida de salud, la pérdida de un miembro, una desfiguración o la necesidad de un cambio de estilo de vida. Estos cambios pueden provocar dolor, y los pacientes puede que respondan a estas pérdidas experimentando ciertas fases.
El primer estadio es el shock, el paciente puede que no colabore debido a que esté proyectando dificultades sobre los procedimientos, el equipo y el personal del hospital. En este estadio, es posible que el paciente se preocupe más por el equipo que se utiliza que por el diagnóstico que aún no ha aceptado.
La negación puede tener efectos positivos, ya que puede proteger al paciente contra el impacto emocional de la enfermedad y ahorrar energía al restarle preocupación. En este momento, el personal sanitario debe funcionar como un oyente no crítico y ofrecer únicamente la información que él reclame.
El estadio de conciencia se caracteriza por un intento de retomar el control. Los pacientes pueden expresar culpabilidad por su enfermedad o lesión, intentando de esta manera asumir los hechos.
En ocasiones, el paciente puede ser exigente o mostrar signos de inhibición. Los dos signos son indicadores de enfado hacia los demás o hacia sí mismo. Como profesionales no debemos discutir con el paciente.
En el estadio siguiente, la restitución, el paciente puede verbalizar miedos acerca del futuro. Se ponen en marcha nuevos comportamientos que reflejan nuevas limitaciones. Se experimenta tristeza, y los episodios de llanto pueden ser frecuentes. El paciente puede reorganizar sus relaciones con la familia y los amigos.
La resolución, el último estadio, implica el cambio de identidad. El paciente puede empezar a pensar en la enfermedad como una experiencia evolutiva. Las limitaciones se aceptan como consecuencias y no como defectos.
Los pacientes con enfermedades críticas utilizan estrategias  para mantener o aumentar el sentido de esperanza durante un suceso vital. Pueden emplear imágenes de distracción, agradables, de actividades de apoyo. Puede expresarse una convicción de que es posible un resultado positivo. Las prácticas y creencias espirituales que permiten al paciente trascender el sufrimiento facilitan su enfrentamiento con la circunstancia.
Debido al aumento del empleo de equipos técnicos, y la gran cantidad de máquinas y dispositivos que rodean al paciente, el contacto humano disminuye y a veces nos fijamos más en lo que le rodea que en él mismo.
El contacto físico es una forma de comunicación y un comportamiento al brindar cuidados. El miedo, el dolor y estrés agudo pueden aumentar la necesidad de contacto de una persona,  el contacto puede disminuir la percepción del dolor y la ansiedad.

Es importante tener en cuenta también la capacidad sensorial de estos pacientes. Normalmente, las personas seleccionan los estímulos que son más aceptables para ellas. Sin embargo, durante la enfermedad crítica, el paciente no tiene control de elección del ambiente y de sus estímulos, y en muchas ocasiones no tienen capacidad de respuesta, por lo que corren un gran riesgo de experimentar problemas sensoriales.
Los síntomas de la pérdida sensorial son ilusiones, delirios, alucinaciones, inquietud y pérdida de la noción del tiempo. El personal de enfermería valora si los síntomas están relacionados con alteraciones psicológicas o físicas.
La restricción de movimientos, una zona de cuidado de pacientes sin ventanas, una luz monótona y la falta de estímulos pueden ocasionar pérdida sensorial.

Cuidados de enfermería:

En cuanto a la comunicación:
-          Hablar a los pacientes.
-          Mantener un contacto físico adecuado (puntuales), como cogerle la mano, poner una mano en el hombro, etc.
-           Animar a la familia a que interaccionen con ellos, y les hablen aunque estén sedados.
-          Cuando estén despiertos pero intubados, utilizar pizarras u otros dispositivos (tablas con letras o dibujos) para comunicarnos con ellos. Comprender que son situaciones difíciles para ellos, que a veces conllevan mucho tiempo de práctica, por lo que debemos animarlos y no hacer comentarios que puedan herirles o desanimarlos a comunicarse.

Descanso:
-          Intentar en la medida que sea posible planificar períodos de descanso que permitan un sueño interrumpido de 2 horas.
-          Bajar el volumen de los monitores lo máximo posible (teniendo en cuenta que deben ser audibles por el personal si hubiera algún evento importante).
-          Deben disminuirse las luces para facilitar la distinción entre el día y la noche y promover los ritmos biológicos.

Orientación del paciente:
-          Tener relojes y calendarios a la vista de los pacientes que les ayuden a orientarse en el tiempo.
-          El personal y la familia debe hablar con ellos y reorientarles en el tiempo y espacio (decirles qué día es, hora, estación del año…).

Seguridad:
-          Presentarnos siempre ante los pacientes.
-          Informar al paciente de las técnicas que se le van a realizar.
-          Resolver todas las dudas tanto del paciente como de la familia.
-          Mostrarnos accesibles.
-          Trasmitir empatía: no juzgar a pacientes ni familia, respetar las decisiones, escucha activa,…

Todo esto enriquece los cuidados que como personal sanitario podemos ofrecerle a un paciente crítico y a su familia, que están viviendo los peores momentos de su vida.



        "Curar a veces, aliviar a menudo, consolar SIEMPRE"



Stinson Kidd P. Cuidados del paciente con enfermedad crítica: consideraciones sobre el paciente, la familia y los cuidados de enfermería. En: Rayón Valpuesta E, editora. Enfermería clínica avanzada. Atención a pacientes agudos. Madrid: Síntesis; 1992. p. 525-549


2 comentarios:

  1. Como ves no cuesta mucho trabajo ponerse en el lugar del paciente, a veces solo es necesario escuchar sin emitir ningún tipo de juicio, en otras ocasiones, apagar la luz o disminuir el volumen del tono de voz.
    No parecen medidas extraordinarias, pero si parecen muy difíciles de cumplir, ¿Cuales son las barreras que a tu juicio existen para no llevar a cabo estas medidas?

    Muy buena entrada.

    Un saludo

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  2. La principal barrera yo creo que es el tiempo. En ocasiones la carga de trabajo es tan grande, que nos fijamos únicamente en lo vital y urgente, dejando de lado estos otros aspectos tan importantes.

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