domingo, 14 de abril de 2013

Afrontamiento de la muerte en la UCI


Desde la medicina intensiva se ofrece asistencia a pacientes con disfunción actual o potencial de uno o varios órganos que representan una amenaza grave para su vida, que además requieren de cuidados/vigilancia continuos y en los que a priori es posible su recuperación. Pero por desgracia esto no siempre es así,  los pacientes críticos no siempre evolucionan hacia la curación/ recuperación, sino que con relativa frecuencia fallecen. Estudios en Europa muestran que aproximadamente  de 31.417 pacientes ingresados en UCI durante 18 meses consecutivos, 4.248 mueren o tienen limitación del esfuerzo terapéutico, lo que equivale al 13,5% de los pacientes.
Estos datos reflejan la necesidad de contemplar un nuevo objetivo desde la medicina intensiva, sobre todo en relación con aquellas situaciones en las que, aun esperando inicialmente la recuperación del paciente, esta no sea posible.
Lo más importante es que en estas unidades no se trata de alargar la vida de las personas a cualquier precio, sino que se tiene en cuenta que cuando se hayan agotado las opciones terapéuticas disponibles o no haya posibilidades de recuperación, se intentará aliviar en la medida de lo posible el sufrimiento de la persona humana en su más amplio significado y conservar aquella vida que a juicio del paciente merezca ser vivida.



Esta semana he podido comprobar cómo ha trabajado el equipo de la UCI para ayudar a llevar de la mejor manera el proceso de muerte de una paciente que por desgracia ya no tenía cura. Las dos cosas primordiales en ese momento son que el paciente no sufra, que no sea consciente de lo que está ocurriendo (con el manejo de sedoanalgesia) y el apoyo a la familia, el proporcionarles intimidad para poder vivir los últimos momentos de esa persona como deseen, resolverles las dudas que en cualquier momento puedan surgirles y sobretodo evitar que vean sufrir al paciente.
En conclusión, ante una situación como esta, como en cualquier unidad, en la UCI  además de proporcionar alivio del dolor y de los síntomas generadores de malestar al paciente, es imprescindible atender los diferentes aspectos psicosociales y espirituales de este y sus familiares, facilitando un afrontamiento adaptativo al ingreso en UCI y de manera especial al final de la vida y/o fallecimiento de un ser querido, favoreciendo asimismo que el proceso del duelo siga un curso normal.


 


Ballester Arnal R, Gil Juliá B, Gil Llario MD, Gómez Martínez S. Afrontamiento de la muerte en familiares de pacientes ingresados en una unidad de cuidados intensivos: valoración diferencial en función de variables sociodemográficas. Publicado en MEDIPAL. 2011. vol.18 núm 02. p. 46-53



2 comentarios:

  1. Buen planteamiento inicial, pero ¿uales son las medidas que hay que llevara a cabo para evitar el sufrimiento de la familia y llevar a cabo un duelo no patológico?

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  2. Principalmente para evitar el sufrimiento de la familia, se intenta que no vean al paciente sufriendo, es decir, nuestra función es que el paciente esté lo más confortable posible. Además es importante mostrarse cercanos con los familiares, proporcionarles un ambiente cómodo y tranquilo, íntimo (con biombos en el box por ejemplo), el horario de visitas ilimitado, etc, para que puedan despedirse. Resolver cualquier duda que les surja y hacer natural el proceso de la muerte es una buena manera de que los familiares sufran lo menos posible.

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